De cobre y estaño, como fuego ardiente
fundieron la imagen de Cristo Jesús,
sus ojos de bronce, hoy miran dolientes
a los que le miran clavado en la cruz
Hace dos mil años, de un seco madero
cortaron dos palos, formando una cruz,
y un cuerpo viviente, con clavos de acero,
clavaron con saña, un viernes sin luz.
Sin luz en el alma, del que condenó,
a un ser inocente, por miedo a la turba
que el hombre clavado, también perdonó
Miro ese bronce, y pienso en el hombre
y los que inocentes, murieron sin voz
Pero solo uno, al toque del Padre,
Volvió a este mundo, como Hijo de Dios.
La cruz que tu llevas, aunque pesada
No pesa lo mismo que la gran Pasión,
Consuela tu alma, saber que con ella{
El Dios de los cielos, igual que su Hijo
Perdona tus yerros y da Salvación.-
Lea Far
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